El gasto público es el mecanismo a través del cual los gobiernos producen y adquieren bienes y servicios para cumplir sus objetivos, como la provisión de bienes públicos o la redistribución de recursos. En las últimas décadas, el papel y el tamaño de los gobiernos en todo el mundo han cambiado drásticamente. Este artículo explora las tendencias históricas, las comparaciones globales y la composición del gasto público, arrojando luz sobre cómo los gobiernos utilizan sus recursos financieros y las implicaciones que esto tiene para la sociedad.
A lo largo del siglo XX, el gasto público en los países industrializados tempranamente creció de manera notable. Antes de la Primera Guerra Mundial, el gasto público era generalmente bajo, limitándose a funciones básicas como el mantenimiento del orden y la aplicación de los derechos de propiedad. Entre 1915 y 1945, el gasto público se volvió volátil, especialmente en los países más involucrados en las guerras mundiales. Sin embargo, el período de 1945 a 1980 vio un crecimiento particularmente rápido del gasto público, impulsado principalmente por el aumento del gasto social. Desde 1980, el crecimiento del gasto público se ha desacelerado en los países industrializados tempranamente, aunque en todos estos países el gasto público como porcentaje del PIB sigue siendo hoy más alto que antes de la Segunda Guerra Mundial. Es notable que, a pesar de las diferencias institucionales, el crecimiento del gasto público ha sido un fenómeno general en estos países.
En la actualidad, existe una gran heterogeneidad en el gasto público entre las regiones del mundo. Los gobiernos centrales en los países de altos ingresos, particularmente en Europa, tienden a controlar una proporción mucho mayor de la producción nacional que los gobiernos en países de bajos ingresos. Por ejemplo, países como Francia gastan varias veces más que países como Etiopía en relación con su PIB. Estas diferencias son aún más pronunciadas cuando se considera el gasto público per cápita. En India, el gobierno gasta una fracción por persona en comparación con países como Noruega. Es importante tener en cuenta que estas estimaciones deben interpretarse con cautela, ya que el gasto del gobierno central puede proporcionar una imagen distorsionada del gasto público total, especialmente en países federales con grandes gobiernos subnacionales.
Los gobiernos no solo difieren en el tamaño de su gasto, sino también en cómo priorizan sus gastos. Por ejemplo, la proporción del gasto gubernamental destinada específicamente a la educación varía considerablemente entre países, incluso dentro del grupo de países en desarrollo. En cuanto a la protección social, los países de altos ingresos tienden a tener niveles más altos de gasto social que los países con ingresos promedio más bajos. Sin embargo, incluso entre los países de la OCDE, existen grandes diferencias en la proporción del gasto gubernamental que se destina a la protección social. En general, los tres principales destinos del gasto social en los países de la OCDE son los gastos relacionados con la vejez (pensiones y cuidado de ancianos), la salud y los beneficios familiares o relacionados con la incapacidad.
Los gobiernos de todo el mundo a menudo dependen del sector privado para producir y gestionar bienes y servicios. El proceso a través del cual los gobiernos compran obras, bienes y servicios a empresas seleccionadas se conoce como "contratación pública". En muchos países de altos ingresos, las compras del sector público al sector privado son significativas. La contratación pública va más allá de los grandes proyectos de infraestructura e incluye también la compra de suministros de oficina rutinarios. La subcontratación, que se refiere a la parte de la contratación pública que no entra en la categoría de formación bruta de capital fijo, también representa una parte importante del gasto público en muchos países de altos ingresos. En las últimas dos décadas, se ha observado un marcado aumento en las asociaciones público-privadas en países de ingresos bajos y medios, especialmente en los sectores de electricidad y carreteras en Asia del Sur y América Latina.
Existe una fuerte correlación positiva entre el gasto gubernamental como porcentaje del PIB y el PIB per cápita. Los países de altos ingresos tienden a tener gastos gubernamentales más grandes en relación con su PIB. Esta correlación refleja el hecho de que los países de altos ingresos tienden a tener más capacidad para extraer ingresos, lo que a su vez se debe a su capacidad para implementar sistemas eficientes de recaudación de impuestos. Esta tendencia se observa no solo a nivel global, sino también dentro de las regiones del mundo.
El gasto gubernamental, junto con los impuestos y las transferencias, es un instrumento importante para reducir la desigualdad. En los países de la OCDE, los impuestos y las transferencias reducen la desigualdad de ingresos en aproximadamente un tercio en promedio. Sin embargo, existen diferencias sustanciales entre países. En general, los países que logran la mayor redistribución a través de impuestos y transferencias tienden a ser aquellos con la menor desigualdad después de impuestos. Esto subraya la importancia del gasto público como herramienta para abordar las desigualdades económicas en la sociedad.
Fuente: Ortiz-Ospina, E. and Roser, M. (2016) - "Government Spending". Publicado en línea en OurWorldInData.org. Recuperado de: 'https://ourworldindata.org/government-spending' [Recurso en línea]