En un movimiento audaz hacia la transparencia y la integridad política, Sumar ha presentado su Código Ético, un documento marco que promete revolucionar la forma en que se conduce la política en España. Este código, aprobado en la I Asamblea de Sumar, no es simplemente un conjunto de reglas, sino un manifiesto de valores que pretende regir cada aspecto de la vida orgánica, participativa e institucional de la organización. El documento, con una amplitud sin precedentes, se aplica a todos los cargos públicos electos o designados por Sumar, a los miembros de la organización, a los candidatos en listas electorales e incluso a los empleados contratados por Sumar o sus grupos parlamentarios en todos los niveles de gobierno. Es, en esencia, un contrato social entre Sumar y la ciudadanía, prometiendo una nueva era de responsabilidad política.
El corazón del Código Ético de Sumar late al ritmo de los Derechos Humanos. Pero va más allá, abrazando los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) en sus decisiones de contratación y elección de proveedores. En un giro irónico para un partido político, Sumar se compromete a contratar preferentemente con empresas de economía social, centros especiales de empleo y empresas de inserción. ¿Será este el fin de los contratos jugosos para las grandes corporaciones? El tiempo lo dirá. Además, en un país de rica diversidad lingüística, Sumar se compromete a fomentar el uso de las distintas lenguas del Estado en todos sus espacios, una promesa que seguramente hará que más de un político tradicional se atragante con su café matutino.
Sumar no se conforma con la mera palabrería sobre la igualdad. El código establece la creación de espacios igualitarios de trabajo y participación, con un énfasis especial en la formación de sus cuadros y militancia en principios de igualdad. El feminismo se erige como un pilar básico, no como un añadido de última hora para ganar votos. La defensa de los derechos LGTBI+ y la inclusión de personas migrantes y racializadas no son solo promesas vacías, sino compromisos firmes respaldados por acciones concretas. Incluso se comprometen a hacer que su participación sea accesible para personas con discapacidad. Es casi como si Sumar estuviera tratando de crear una utopía política en miniatura. ¿Podrán mantener estos ideales cuando se enfrenten a la dura realidad de la política española?
En un mundo donde la desafección política es la norma, Sumar se atreve a soñar con una ciudadanía comprometida. El código no solo habla de fomentar la participación ciudadana, sino que la eleva a la categoría de derecho fundamental y condición imprescindible para la democracia. Los cargos públicos de Sumar se comprometen a mantener canales abiertos para el contacto regular con la ciudadanía. Es casi como si quisieran que la gente realmente participara en la política, ¡qué concepto tan revolucionario!
Aquí es donde el Código Ético de Sumar realmente muestra sus dientes. Los cargos públicos y orgánicos no solo deben tener "auténtica vocación de servicio público", sino que también deben rechazar cualquier regalo superior a 100 euros. Imaginen el horror de los lobbistas cuando se enteren de que sus lujosas cenas y regalos extravagantes ya no son bienvenidos. Pero esperen, hay más. Los cargos se comprometen a no ocupar puestos en empresas relacionadas con su cargo durante al menos dos años después de dejarlo. ¿Una puerta giratoria que gira más lentamente? ¡Qué novedad! Además, se comprometen a denunciar irregularidades e ilegalidades. Es casi como si quisieran que los políticos fueran... ¿honestos?
En el colmo de la transparencia, Sumar promete publicar un resumen comprensible de su actividad económica en su página web. Sí, han leído bien, "comprensible". Parece que los días de informes financieros indescifrables podrían estar contados. Y en un giro que seguramente hará que los banqueros tradicionales se revuelvan en sus sillas de cuero, Sumar se compromete a trabajar solo con entidades de banca ética. Es casi como si quisieran que su dinero fuera tan limpio como sus promesas.
En conclusión, el Código Ético de Sumar es un documento ambicioso que promete transformar la política española. Si logran cumplir incluso la mitad de lo que prometen, podríamos estar ante el amanecer de una nueva era en la política española. O podría ser solo otro conjunto de promesas destinadas a acumular polvo en algún archivo digital. Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, mantengamos nuestro cinismo saludable y nuestra esperanza cautelosa.
Fuente: Código Ético. Documento Marco. I Asamblea de Sumar