La urbanización es un fenómeno global que ha transformado drásticamente la forma en que vivimos y nos organizamos como sociedad. Se refiere al proceso por el cual una proporción creciente de la población se traslada de áreas rurales a urbanas, resultando en el crecimiento de ciudades y pueblos. Según datos de las Naciones Unidas, más de la mitad de la población mundial vive actualmente en áreas urbanas, un hito que se alcanzó en 2007. Este cambio demográfico tiene profundas implicaciones para el desarrollo económico, el medio ambiente y la calidad de vida de las personas en todo el mundo.
En la actualidad, más de 4 mil millones de personas viven en áreas urbanas, lo que representa más del 50% de la población mundial. Sin embargo, la distribución de la población urbana varía significativamente entre países y regiones. En la mayoría de los países de altos ingresos, como los de Europa Occidental, las Américas, Australia, Japón y Oriente Medio, más del 80% de la población vive en áreas urbanas. En contraste, en muchos países de bajos y medianos ingresos, la mayoría de la población aún vive en áreas rurales, aunque esta situación está cambiando rápidamente. Es importante destacar que existen discrepancias en las estimaciones de población urbana debido a las diferentes definiciones de "área urbana" utilizadas por distintos países y organizaciones.
La urbanización a gran escala es un fenómeno relativamente reciente en la historia humana, principalmente limitado a los últimos 200 años. Según datos del History Database of the Global Environment, antes del año 1000, se estima que la proporción de la población mundial que vivía en entornos urbanos no superaba el 5%. Para 1800, esta cifra había aumentado a alrededor del 8%, y para 1900 alcanzó aproximadamente el 16%. El proceso de urbanización se aceleró dramáticamente durante el siglo XX, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, en Estados Unidos, la urbanización comenzó a aumentar rápidamente en el siglo XIX, alcanzando alrededor del 40% en 1900 y casi el 65% en 1950.
Las proyecciones de las Naciones Unidas sugieren que la tendencia hacia la urbanización continuará en las próximas décadas. Se estima que para 2050, más de dos tercios de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que equivale a cerca de 7 mil millones de personas. Prácticamente todos los países experimentarán un aumento en sus tasas de urbanización, aunque a ritmos diferentes. Para 2050, se proyecta que habrá muy pocos países donde la proporción rural sea mayor que la urbana, principalmente en África subsahariana, Asia, Estados insulares del Pacífico y Guyana en América Latina. Es importante notar que, aunque la mayoría de los países serán predominantemente urbanos, el total global de dos tercios se ve influenciado por países muy poblados como India, que se espera tenga poco más de la mitad de su población viviendo en áreas urbanas para 2050.
La urbanización tiene impactos significativos en diversos aspectos de la sociedad y el medio ambiente. En términos económicos, existe una fuerte relación entre la urbanización y el crecimiento económico, con las áreas urbanas generalmente asociadas a una mayor productividad y diversidad económica. Las poblaciones urbanas tienden a tener mejores estándares de vida en promedio, con mayor acceso a servicios como electricidad, saneamiento, agua potable y combustibles limpios para cocinar y calefacción. Sin embargo, la urbanización también presenta desafíos, como la formación de barrios marginales, la congestión, la contaminación y la presión sobre los recursos naturales. La transición hacia áreas urbanas también está vinculada a cambios en los patrones de empleo, con una disminución en el empleo agrícola a medida que aumenta la urbanización.
Uno de los principales desafíos en el estudio de la urbanización es la falta de una definición universal de "área urbana". Los países utilizan diferentes criterios para definir las áreas urbanas, lo que dificulta las comparaciones internacionales. Algunos países utilizan umbrales de población mínima, otros se basan en la densidad poblacional, el desarrollo de infraestructura, el tipo de empleo o simplemente la población de ciudades predefinidas. Por ejemplo, Suecia y Dinamarca consideran urbanas las áreas con más de 200 habitantes, mientras que Japón establece el umbral en 50,000 habitantes. Esta variabilidad en las definiciones puede llevar a estimaciones significativamente diferentes de la población urbana global. La Comisión Europea, por ejemplo, ha reportado que el 85% de las personas viven en áreas urbanas, una cifra considerablemente mayor que las estimaciones de la ONU.
A pesar de los beneficios generales asociados con la urbanización, muchas personas en áreas urbanas viven en condiciones precarias. Según las estimaciones más recientes, casi una de cada cuatro personas en áreas urbanas vive en hogares considerados como barrios marginales. La ONU-HABITAT define un hogar en un barrio marginal como un grupo de personas que viven bajo el mismo techo en un área urbana y carecen de uno o más de los siguientes: vivienda duradera, espacio vital suficiente, acceso fácil a agua segura, acceso a saneamiento adecuado y seguridad de tenencia. La prevalencia de barrios marginales varía significativamente entre regiones, siendo más común en África subsahariana, donde en algunos países hasta el 80% de la población urbana vive en estas condiciones.
Existe una fuerte correlación entre la urbanización y el desarrollo económico. A medida que los países se enriquecen, tienden a urbanizarse más. La urbanización se asocia con varios beneficios económicos, incluyendo una alta densidad de actividad económica, vínculos comerciales más cortos, mejor utilización del capital humano, infraestructura compartida y división del trabajo. Sin embargo, la relación causal entre urbanización y crecimiento económico futuro es menos clara. Los estudios sugieren que los países con una mayor proporción inicial de población urbana no necesariamente logran un crecimiento económico más rápido o más lento que los países con una baja proporción inicial de población urbana. La urbanización también está vinculada a cambios estructurales en la economía, con una disminución en el empleo agrícola a medida que aumenta la proporción de población urbana.
La urbanización es una tendencia global que continuará moldeando nuestro mundo en las próximas décadas. Mientras que ofrece oportunidades para el desarrollo económico y la mejora de los estándares de vida, también presenta desafíos significativos en términos de planificación urbana, sostenibilidad ambiental y equidad social. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más urbanizado, será crucial desarrollar políticas y estrategias que maximicen los beneficios de la vida urbana mientras se mitigan sus aspectos negativos. Esto incluye abordar la formación de barrios marginales, mejorar la infraestructura urbana, promover la sostenibilidad y garantizar que el crecimiento urbano sea inclusivo y equitativo. La comprensión precisa de las tendencias de urbanización, a pesar de los desafíos en su medición, será fundamental para informar estas políticas y prepararnos para un mundo predominantemente urbano.
Fuente: Hannah Ritchie, Veronika Samborska and Max Roser (2024) - "Urbanization" Published online at OurWorldInData.org. Retrieved from: 'https://ourworldindata.org/urbanization' [Online Resource]